Desde Abajo > Piso12

04 de septiembre 2020

Para Reconstruir la Argentina

PARA RECONSTRUIR LA ARGENTINA

                                                                                                           Manuel Figueroa

En su parte I, este artículo señala algunos hechos de carácter económico, social, demográfico e institucional que en el curso de los últimos 50 años transformaron a la Argentina en un país de Desarrollo Imposible. En su parte II se especifican Directrices de Políticas Públicas que posibilitarían revertir los hechos referidos y abrir nuevos horizontes para avanzar en la reconstrucción del país. La Parte III, a modo de conclusión, esboza rasgos esenciales de la ingeniería política que podría adoptarse para modernizar la institucionalidad del país, asegurar su gobernabilidad y detonar los procesos necesarios a su reconstrucción integral.

I

Es de práctica profesional utilizar múltiples indicadores para dimensionar la evolución y estado real en que se encuentra una sociedad durante un período histórico determinado.1) Para evaluar la situación de Argentina utilizaremos tan solo los siguientes:

1º indicador: Ingreso per cápita. Enla segunda parte del siglo XX, la sociedad argentina padeció una de las experiencias más crueles de involución económica. La información relativa a disponibilidad de dólares per cápita, así lo refleja: entre 1950 y 2003, perdió un 19 %, pasando de 4.656 a 3.760. En ese mismo período, Chile ganó 173 % evolucionando desde 1.972 a 5.381. México, incrementó un 201 %, de 1.462 a 4.395. Brasil, mejoró un 269 %, de 1.184 a 4.376 y España, registró un salto de 600 % pasando de 2.826 a 19.774. Sus respectivas tasas anuales de crecimiento en el PBI per cápita fueron: Argentina, 1,13 %; México, 1,53 %; Chile, 1,61 % y Brasil, 2,03 %. Otros países – período 1900-2009 – informan: Suecia, 2,14 %; Australia, 1,67 %; Canadá, 1,93 %; España, 2,19 % y Japón, 2,65 %.

2ª indicador: Distribución del Ingreso. Registros estadísticos disponibles informan que, en 1945, el país asignaba al factor trabajo el 35,58 % del ingreso nacional; en 1950,el 46,48 %; en 1955, un 45,05 %.A partir de entonces, la información refiere la pérdida permanente de participación llegando en el 2005 a un 27,1%; 2007: 30,1 %; 2009: 36,3 %; 2011: 35,7 %; 2913; 38,2 %. Según tales estimaciones, entre 1950 y 2013, el factor trabajo perdió 22% de su mayor participación en el ingreso nacional. En los últimos 6 años aquellas magnitudes podrían haberse agravado. Respecto a la distribución del ingreso entre deciles de la población, la información registra que en 1974 las relaciones de ingresos per cápita entre los deciles 10 y 1, era de 12,07 veces; en 2017, la misma relación acusó 24,56 veces. Las relaciones de ingresos entre los deciles 6 y 1 (representativos de los sectores medios y pobres) evolucionó de 3,98 en 1974 a 6,60 en 2017. Su grado de inequidad es grave y permanece sin solución. Según cifras oficiales del INDEC, en 1996, las diferencias de ingreso entre el decíl más alto y más bajo de la población era de 20 veces. Al 1º trimestre del 2007, esta relación fue 27. Este indicador puede haber alcanzado en la actualidad alrededor de 30 veces. En países avanzados no supera 10 veces. 

3ª Indicador: Inflación. Las estimaciones  refieren las magnitudes totales alcanzadas por la inflación en cada uno de los períodos referidos: 1861 y 1916: 85 %; 1917-1930: – 2%; 1931 -1945: 43 %; 1946-1955: 43%; 1946-1955: 386 %; 1956-1966: 915 %; 1967-1983: 8.844.183 %; 1984 – 1989: 477.904 %; 1990 – 2001: 301 %; 2002 – 2003: 13,4 %; 2003- 2006: 27 %; 2007 – 2009: 421 %; 2010 – 2013: 98 %; 2014: 37 %; 2015: 24 %.[1]; 2019: 54 %.

4ª Indicador: Ingresos y Gasto Público. Antes de 1961 la información se refiere a la Administración Pública Nacional. Desde 1961, al Sector Público Argentino no financiero.  La información registra, en primer término, como resultado primario, la diferencia entre ingresos y egresos totales, excluyendo los pagos por amortización e intereses de la deuda. En segundo término, como resultado financiero, registra las diferencias entre ingresos y egresos totales, incluyendo los pagos por amortizaciones e intereses de la deuda. Se expresan en %:

1931:   0,14 y -2,26; 1945: -33,63 y -5,24;     1967: – 1.11 y  – 2,02      1983: -6,41 y   -10,36

1946: – 3,14 y -4,12; 1955: – 2.96  y  -3,77:    1984: – 5,12 y  – 6,73      1989:  4,15 y   –  3,66      

1956:  -3,79 y -4,04; 1966:  -3,79   y -4,04:    1990: -3.08  y  – 4,73      2001: -1,96  y  – 7,03

2002:   1.84 y -0,81; 2003:    3,95   y  1,59      2006:    3,43   y   1,36     2007:  3,21 y     0,77  

2009:   0,46 y -2-20.    

5º indicador: La Cuestión de la Tierra. Argentina solo pudo implementar su Reforma Agraria ampliando la concentración promedio de la propiedad de la tierra. En efecto, “La información censal del INDEC certifica que entre 1969 y 2002 desapareció el 53 % del total de los establecimientos registrados con superficies inferiores a 100 hectáreas, esto es, 193.010 unidades, transfiriendo hacia otros estratos superiores 5.250.902 hectáreas, es decir, el 51 % del total de las tierras que poseían en 1969. Sobre un total de 297.425 establecimientos agropecuarios, 6.160 que solo representan el 2 % del total, poseen unidades superiores a 5.000 hectáreas y se apropian de 87,3 millones de hectáreas, es decir, del 50 % de total de la superficie agropecuaria del país, en cuanto 291.265 establecimientos, el 98 % del total, con superficies inferiores a 5.000 hectáreas, poseen el otro 50 % de la superficie agropecuaria. En el año 2002 el país disponía de un total de 4.270.178 de  hectáreas aptas no utilizadas: región pampeana, 2.682.627; región Noroeste; 497.461 has; región Noreste; 452.209; región Patagonia: 370,281; 

6º indicador: Pobreza y Desempleo.  La indigencia y la pobreza afectaron, en 1994, al 3,3 y 16,1 %, de la población, respectivamente. Al 1º trimestre del 2007 llegaba al 8.2 y 23.4 % y para el 2016, se estimaba un 32,9 % de personas en situación de Pobreza y un 6,3 % de personas en situación de indigencia. La crisis del 2001 y su resolución a partir de enero del 2002 llevó la pobreza a niveles del 57 % de la población en cuanto el desempleo afectaba al 24 % de su población activa. En el primer trimestre del 2016, la población excedente y desempleada, representaba un tercio de la total del país: ¡14 millones de personas en situación de pobreza! Durante el Gobierno Macri, la pobreza cubrió al 45 % del total de la población.   

7º Indicador: Grado de urbanización. Al respecto, reciente publicación del Banco Mundial refiere que entre 1960 y 2016 la reducción de la población rural en diversos países del mundo acusó la siguiente dinámica: Alemania: 29 y 24 %; Australia: 18 y 10 %; Canadá: 31 y 18 %; Chile: 32 y 10 %; China: 84 y 43 %; EEUU: 30 y 18 %; Federación de Rusia: 46 y 26 %; Francia: 38 y 20 %; Hungría: 44 y 22 %; Israel: 23 y 8 %; Noruega: 50 y 19 %; Reino Unido: 22 y 17 %. Suecia: 28 y 14 %; Suiza: 49 y 26 %. México: 49 y 20 %. Nueva Zelanda: 24 y 14 %. En Argentina, la población urbana en 1960 era del 60 %; en el 2002, del 92 %. Hacia el 2020 su población rural podrá alcanzar el 5 % y su población urbana un 95 %.

Los indicadores referidos fueron resultado de las deformaciones estructurales del país y explican sus dificultades para sustentar el progreso con equidad después de 160 años de su Constitución de 1853. El paso del tiempo registró también severas deficiencias en la esfera institucional ocasionando su profundo deterioro. En efecto:

Argentina terminó destruyendo todos los diques de contención institucional establecidos en la Constitución de 1853 para sustentar, regular y controlar el Poder. Ya perdió solemnidad, virtud y admiración la Autoridad Presidencial; grandes mayorías sociales perdieron su confianza en la división de Poderes, en la plena independencia del Poder Judicial, en la fuerza moral de la Iglesia Católica como faro orientador del devenir institucional de la Nación; en el Federalismo como poderoso instrumento de Gobierno, en la Educación bajo directa responsabilidad del Estado como derecho ciudadano e instrumento nivelador de oportunidades para todos; en los Medios Masivos de Comunicación como poderosos instrumentos de educación pública y de información cotidiana para  Gobernantes y gobernados; en la presencia de las FFAA como último recurso para preservar la Nación; en el libre voto ciudadano y la acción de los Partidos Políticos como poderosos instrumentos electorales y formadores de opinión para sustentar una Democracia viva. Ninguna Administración despierta, a priori, abierta confianza en la mayoría de la población. Sus tradicionales actos de corrupción, extensamente divulgados por los medios de comunicación, arrasaron con la confianza que la ciudadanía podía depositar en sus gobernantes. Sin embargo, como expresión de nuestro subdesarrollo político, una expresiva mayoría de la sociedad continúa emitiendo su voto sin valorizarlo políticamente; sin cuestionar la moralidad de los candidatos; sin evaluar sus antecedentes profesionales; sin conocer, al menos, una síntesis programática de sus Propuestas Partidarias.

Argentina, con sus actuales 45 millones de habitantes, continúa falsamente presentándose ante el mundo como un solo país integrado. Sin embargo, su sociedad y territorio expresan dos realidades altamente diferenciadas en materia de institucionalidad, ocupación productiva, ingresos, empleos y educación. Desde mediados del Siglo XX, la dinámica de aquella severa diferenciación estructural imposibilitó fortalecer vínculos de complementariedad y solidaridad en su sociedad cristalizando, en la actualidad, un país de desarrollo imposible que avanza, inexorablemente, por senderos de involución económica, degradación institucional y desgarramiento social y regional.

A pesar de tan extrema conclusión, se considera que si los diferentes Gobiernos que administraron el país en sus últimos 70 años no pudieron impulsar desde arriba la Reconstrucción y el Progreso del país este proceso sólo podrá detonarse desde abajo cuando una expresiva mayoría de la sociedad decida cristalizar su consenso para elegir una nueva Dirigencia dispuesta a impulsar, mediante Reforma Constitucional, la modernización de las Instituciones para transformar al país en una verdadera República Democrática y Federal. Para tales propósitos, se necesitará que la Asamblea Constituyente logre consensuar Un Nuevo Contrato Social destinado a impulsar el progreso y la equidad para una Argentina con 50 millones de habitantes. Después de su sanción por el HCN, todos los Gobiernos, Ciudadanos, Empresas e Instituciones, Públicas y Privadas del país, tendrán que cumplir con las múltiples Reformas que consagre la Nueva Constitución.  

II – Principales Esferas Temáticas de la Reforma para reconstruir la Argentina:

1.Esfera Institucional: Conviene recordar que el país sancionó su Constitución en 1853 cuando su población solo alcanzaba 1,5 millón de habitantes y recién comenzaba su parcial inserción en la economía mundial exportando materias primas procedentes de su pampa húmeda bajo la plena dependencia comercial, industrial y financiera de Inglaterra. Aquel modelo de inserción internacional, a pesar de sus limitaciones, posibilitó importar los insumos y bienes de capital necesarios para construir la infraestructura básica que abrió las puertas al acelerado progreso económico de Argentina hasta la crisis mundial de 1929.

Por sus severas consecuencias, la violenta contracción de sus exportaciones cambió radicalmente las condiciones preexistentes de producción, empleo y comercio exterior en Argentina y los esfuerzos realizados por diferentes gobiernos durante los siguientes 40 años no fueron suficiente para completar la diversificación productiva del país ni para generar los niveles de ingresos, empleos y bienestar que demandaba su creciente población. En los 50 años posteriores, – entre 1970 y 2020 – una caótica y acelerada sucesión de crisis de origen económico, social y político terminó degradando o destruyendo las principales instituciones de la República y transformando a la Argentina en un país de desarrollo imposible.

La reconstrucción integral del país requiere, con urgencia, institucionalizar una Nueva Cultura del Poder que instituya los necesarios mecanismos  constitucionales de control social para asegurar: el buen funcionamiento de todos los Gobiernos, la independencia de los tres poderes de la República, la caducidad de mandatos de representación ante hechos comprobados de corrupción, nepotismo o abusos de poder y la renovación permanente de las Autoridades de Gobierno instituyendo un único período de 6 años – con eventual reelección por un solo período tras permanecer 6 años fuera del Estado – en el ejercicio de cargos públicos del orden nacional, provincial y municipal.

2. Esfera de la Política Internacional: Será prioridad de los Gobiernos promover la reinserción de la Argentina en el orden mundial fortaleciendo sus vínculos de cooperación cultural, económica y social con organismos internacionales y con el resto de las naciones para construir un mundo mejor, socialmente más democrático y equitativo.

3. Esfera de la Política Económica: En razón de la gravedad que asumen los procesos de involución económica y de la reconocida precariedad de nuestra cultura institucional se imponela imperiosa necesidad de inscribir en el propio texto de la Constitución Reformada aquel conjunto de normas y criterios de orden macroeconómico cuyo cumplimiento obligatorio por parte de los futuros gobiernos posibilitará administrar con mayor consistencia sus políticas de corto y largo plazo. En especial, podrán especificarse, numéricamente, los rangos de variación anual dentro de los cuales los Gobiernos tendrán que administrar aquellas variables de mayor relevancia para sustentar una macroeconomía estable: déficit fiscal, inflación, tasa de cambio, emisión monetaria, desempleo y niveles de equidad entre estratos sociales. Como antecedente, vale mencionar que tras del Tratado de Maastrich de 1992, aquella disciplina institucional posibilitó a países europeos controlar y armonizar su macroeconomía para avanzar en sus procesos de integración.    

Competerá a los integrantes de la Asamblea Constituyente decidir que otros objetivos de Políticas Públicas se inscribirán en el texto de la Reforma. Algunos en su parte dogmática; otros, en su parte programática identificando, además, aquellos que requerirán legislación específica. Entre los requerimientos de mayor trascendencia para la reconstrucción del país, destacan los siguientes:

  1. Reformar la legislación existente para adoptar un nuevo sistema monetario, cambiario y bancario destinado a asegurar estabilidad y la formación de ahorro nacional para el progreso económico sustentable del país.
  • Legislar en materia de política de redistribución del ingreso nacional para alcanzar, gradualmente, mayores niveles de equidad social entre regiones y sectores sociales.
  • Promover la diversificación del sistema productivo nacional en sectores de la pesca, explotación forestal, minería, agricultura de secano y de irrigación, industrias de bienes de capital, energía, turismo, desarrollo científico-tecnológico y de una nueva economía productora de servicios para exportación.
  • Instituir por Ley del HCN el Estatuto Argentino de Inversiones y gestionar su homologación en la Organización Mundial del Comercio de las Naciones Unidas. En esta nueva Ley se especificarán todos los requerimientos de la Legislación argentina en materia ambiental, social, laboral, previsional y tributaria y se informará respecto a la seguridad jurídica que protegerá a todos los capitales invertidos en el país, independientemente de su origen nacional o internacional.
  • Instituir un Nuevo Sistema Económico  mediante la acción convergente de tres regímenes complementarios: una economía privada de libre mercado accionada principalmente por los intereses de la empresa privada nacional e internacional bajo normas legales predeterminadas por el estado; una segunda economía pública bajo égida del estado nacional dentro de la cual funcionarán las  Empresas Públicas en cooperación con el sector privado empresarial, nacional e internacional; Finalmente, una tercera forma de economía social-comunitaria destinada a crear empleos, ingresos y riqueza material bajo un nuevo marco normativo instituido por el estado para beneficio directo de los perdedores del actual sistema social. La principal función de la Economía Pública será:
  1. perfeccionar la legislación relativa a la “regulación de la economía” disciplinando en todo el país el funcionamiento de la empresa privada de origen nacional e internacional dentro de las normas que el Estado legislará y controlará en materia social, laboral, tributaria, ambiental y previsional.
  • Ampliar la capacidad de exportaciones del país potenciando  la cooperación del Estado con el Sector Privado Empresarial bajo la acción oportuna e inteligente de una Agencia Estatal promotora del comercio exterior.
  • promover la creación de un Sistema de Grandes Empresas Mixtas formadas con la cooperación del estado con grandes empresas privadas de origen nacional y extranjero para diversificar la producción exportable, explotar las riquezas naturales del país, acelerar la formación de capital, la transferencia y generación de tecnologías, multiplicar los flujos del comercio internacional y la generación de divisas. La principal característica de la Economía Social Comunitaria será:

“Proporcionar trabajo a todas las personas en edad activa bajo situación de desempleo asegurándoles salarios de vida digna, la provisión de servicios esenciales y capacitación técnica a sus respectivas familias. La tercera economía posibilitará organizar y movilizar la acción conjunta de micro-empresas, entidades comunitarias y trabajadores desempleados tras la ejecución de una amplia gama de “proyectos” destinados a la creación de empleos productivos vinculados al sector agropecuario, forestal o de la pesca o bien a la construcción de infraestructura física, a la realización de obras de alcance social, ambiental o cultural. El Estado aportará personal para la supervisión de los Proyectos, mano de obra y financiamiento. Una red de Empresas Privadas convocadas mediante concursos abiertos podrá participar en su ejecución.”   

4. Esfera del Desarrollo Regional: La Reforma podrá incluir criterios para:

A) Perfeccionar el federalismo promoviendo la modernización del país mediante nueva legislación destinada a la formación de regiones y microregiones para reducir el gasto público, modernizar su administración y potenciar inversiones en todas las provincias.

B) Promover un Nuevo Sistema Nacional de Leyes de Coparticipación Federal de Impuestos especificando los principales mecanismos de regulación y control de flujos financieros entre Gobierno Central y Provincias;

C) Conceder prioridad nacional a la ejecución de grandes proyectos nacionales que posibilitarán multiplicar las riquezas del país: entre ellos, la “canalización del Río Bermejo”, la “construcción de un puerto de aguas profundas”; la “recuperación de la red ferroviaria en todo el país”; la “construcción de un nuevo paso cordillerano en la región central del país para potenciar el comercio internacional por el Pacífico”; “impulsar el crecimiento integral de las actividades de la Pesca” en toda la región Patagónica.

D) Impulsar la ejecución de Proyectos de Colonización y la construcción de ciudades intermedias para repoblar el interior y potenciar el surgimiento de Polos de Desarrollo Microregional. Para tales propósitos será esencial movilizar la participación de Grandes Empresas Nacionales y utilizar tecnologías intensivas en mano de obra.

5. Esfera del Desarrollo Social: Mediante el proceso de Reforma Constitucional podrán    inscribirse nuevas formas de cooperación entre el Estado y Sector Privado Empresarial para proveer a la sociedad la amplia red de servicios que requiere en materia de:

  1. Educación preescolar, primaria y secundaria; Red de Universidades nacionales;
  2. Salud Pública; Vivienda Social, Defensa y Seguridad;
  3. Construcción de la infraestructura básica de transporte;
  4. Construcción y administración de actividades relativas al saneamiento básico:   agua potable, cloacas, energía, gas, telefonía y telecomunicaciones.

6. En la esfera del Financiamiento Público: Parareconstruir el país será necesario contar durante muchos años con recursos financieros de origen Público. El texto de la Reforma podrá instituir nuevos criterios de gestión para generar parte de los recursos necesarios. Ejemplo: 

  1. Que el Estado Nacional administre el consolidado de sus gastos corrientes sin sobrepasar límites equivalentes al 25 % del PBI de cada ejercicio. Tal decisión implicará incurrir necesariamente a la reducción del gasto público corriente en todos los niveles de gestión.
  • Acrecentar la inversión pública hasta representar alrededor de un 10 % anual sobre el PBI a fin de que el Estado pueda participar como asociado en la explotación de nuevas actividades productivas en el país destinadas a mercados internos y externos.
  • Reducir la masa de subsidios sociales que administra en la actualidad. y concentrar tales recursos en beneficio de aquellas familias que por circunstancias especiales no puedan insertarse en Frentes de Trabajo productivo a ser organizados en todo el país.
  • Para reducir el gasto público corriente, será necesario reestructurar y reducir el empleo público en todas las reparticiones del Estado comprimiendo, muy en especial, los gastos relativos al funcionamiento del Poder Ejecutivo y Legislativo en todo el país.
  • Las personas receptoras de Planes Sociales en buenas condiciones de salud dejarán de percibirlos pero podrán ser contratadas como mano de obra en los Proyectos a implementarse en la esfera de los Mercados Sociales de Trabajo Productivo. (pag.6) Paralelamente, los empleados públicos excedentes – referidos en esta página Letra D – también podrán ser contratados, previa capacitación, para desempeñar tareas de supervisión de Proyectos en las Empresas que el Estado contrate para su Ejecución.
  • Avanzar en la Reforma Tributaria a fin de eliminar la evasión y la elusión fiscal y reducir la presión tributaria sobre el sector privado empresarial.
  • Modernizar y perfeccionar la Política salarial-sindical y el funcionamiento de la ANSES para que su Fondo de Garantía se transforme en potente instrumento de financiamiento, prioritariamente, para el Sector Privado Empresarial.
  • En materia de endeudamiento externo será necesario instituir una nueva Cultura a fin de que, anualmente, el Poder Ejecutivo, junto a los Gobernadores de Provincias, asuman la responsabilidad de evaluar y compatibilizar los diferentes proyectos de financiamiento externo y someterlos a consideración de HCN para su final decisión.
  1. El texto de la Reforma podrá también conceder alta prioridad a todo Proyecto de endeudamiento destinado a potenciar la capacidad financiera del Estado para asociarse con el Sector Privado Empresarial en materia de Desarrollo Tecnológico y explotación de Grandes Proyectos Productivos destinados a potenciar el Empleo y las Exportaciones.

            III –   Ingeniería política para reconstruir la Argentina.

Para reconstruir el país, el primer paso será conformar una Potente Concertación de Partidos Democráticos. Para tales propósitos, la actual Coalición, “Cambiemos”, podrá abrir sus puertas y acordar la incorporación de aquellas vertientes Democráticas del Peronismo y del “Socialismo” que, por diferentes razones y circunstancias, permanecieron distantes o quisieran alejarse del Frente de Todos que actualmente gobierna el país. La incorporación de nuevos cuadros y el debate abierto de nuevas ideas posibilitará consensuar una potente Plataforma de Políticas Públicas destinada a reconstruir el país. Su amplia divulgación y discusión en todas las Provincias e Instituciones relevantes de la Sociedad posibilitará la cristalización de conciencia crítica en las grandes mayorías. Este hecho fundante, orientará, en el momento apropiado, el destino de su voto y la suerte de la República. El contenido del presente artículo pretende servir a este propósito. 

Como última reflexión interesaría destacar que Alberdi consideraba que, en razón de las   dificultades existentes hacia mediados del Siglo XIX, Argentina encontraría severas dificultades para definir formas institucionales apropiadas para gobernar e impulsar su progreso. Tales percepciones fueron también expresadas previamente por Mariano Moreno, Belgrano y San Martín. Por aquellas circunstancias, la Constitución sancionada en 1853 solo posibilitó institucionalizar la “Argentina Posible”. Ahora bien, después de haber experimentado en sus últimos 70 años un traumático proceso de involución económica, social y degradación institucional es un imperativo de conciencia histórica reconocer que ha llegado la hora de iniciar la Reconstrucción del país para materializar, tan pronto sea posible, la “Argentina verdadera” que, invocada también por Alberdi, posibilitará atender los requerimientos de progreso y equidad que demanda la actual sociedad argentina.

Para viabilizar este tránsito será imprescindible definir los contornos del país que quisiéramos reconstruir, diseñar las Políticas prioritarias para su materialización, elegir buenos candidatos para Gobernar, ganar las Elecciones por amplia mayoría, convocar una Asamblea Constituyente y sancionar una Nueva Reforma de la Constitución. Una amplia exposición sobre tales propósitos, se encuentra en la Obra ya citada del autor.  


2 Véase, Manuel Figueroa, op- cit. Volumen III.

La última batalla

Esta es la microficción seleccionada en la antología mexicana Resonancias

LA ÚLTIMA BATALLA

– ¡Los tenemos rodeados!, gritó el policía más viejo con una voz que sacudió hasta las hojas de los pocos árboles tras los que se ocultaban. En ese descampado de tierra y orines era el único lugar donde pudieron parapetarse.

Miró a Juan. Temblaba. Ella en cambio estaba tranquila. Tiene veintidós años y ha vivido demasiado rápido. Son cinco hermanos. Ella es la mayor.

No quiere la vida de la madre. Trabajando desde la madrugada hasta el anochecer. Cansancio y sueldo mísero. El padre desapareció hace años. Mejor. Siempre borracho y gritando. Juan es diferente. La madre no lo soporta, dice que la llevó por mal camino. Es el único camino si quieres salir de esta vida de mierda, le grita a la madre, con odio.

  • ¡Qué esperan! Se nos acaba la paciencia. Otra vez el vozarrón del policía.

Ella ve que Juan tira la pistola y sale con los brazos en alto. Noooooooooo, le grita, no te rindas, pero él se da vuelta y la mira con los ojos más tristes que ella vio en su vida y sigue caminando hacia los autos de policía que iluminan de azul la noche caliente. Entonces sale y toma la pistola de Juan y dispara como alucinada. Cuando cae acribillada en esa tierra de orines su mirada no está en paz, aún conserva el fuego y la ira. 

Mireya Keller

RESONANCIAS

Resonancias es una Antología, bajo la dirección de Gloria Ramírez y Fernando Sánchez Clelo, que reúne una selección de mujeres minificcionistas de América Latina. Editada por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla en 2019, y presentada en la Feria del libro de México 2019. Consta de 69 textos entre los que se encuentra el de Mireya Keller, «La última batalla».

Esta minificción la puedes leer en la sección Producción Literaria, Microficción .

27 de noviembre 2018

Publicación em el diario La Gaceta de Tucumán de artículo de Manuel Figueroa

Este es el link para abrir el artículo publicado el 12 de noviembre de 2018 en el diario La Gaceta de Tucumán cuyo autor es Manuel Figueroa, cuyo último libro editado son los 4 Volúmenes de La Cultura del   Poder: Ocaso y Reconstrucción de Argentina.

Link de consulta:

https://www.lagaceta.com.ar/nota/789375/actualidad/necesitamos-plan-remedie- malespasados.html

En la sección Desde abajo el artículo completo

Nueva publicación de Editorial Piso 12

Nuevo libro de la autora Beatroa Aloé de Microrrelatos,  editado  por nuestra Editorial. Beatriz es Profesora en Letras por la Universidad de Buenos Aires y ha coordinado Talleres de lectura y escritura desde 1980. Ha obtenido numerosos premios tanto en cuentos como en Novela, entre ellos en 2006 tuvo la Primera Mención por su novela la Lectora Indómita, en  el Premio Clarín  de Novela, teniendo como jurados a José Saramago, Rosa Montero y Eduardo Belgrano Rawson. Es el segundo libro que  publica con nuestra Editorial . El anterior fue también un libro de cuentos: Breverías. Este nuevo libro, Breverías II cuenta con una contratapa de la escritora Teresita Matienzo.

Tuiteratura: ¿una provocación o el futuro de la literatura?

Si quieres leer este polémico artículo publicado por Juan Pablo Bobino para La Nación, y una especie de breve reflexión sobre el mismo: ¿Tuiteratura? escrito por Mireya Keller, anda a la sección «Producción  literaria», «Artículos» y puedes darnos  tu propia opinión.

05 de marzo 2018

INTRODUCCIÓN GENERAL DE LA CULTURA DEL PODER

Para leer la Introducción general a los 4 volúmenes de la reciente obra publicada de Manuel Figueroa, economista, ex funcionario de Naciones Unidas y responsable por la sección Desde abajo de Piso 12, entrar directamente en dicha sección.

05 de marzo 2018

LA CULTURA DEL PODER, VOLUMEN IV

Prólogo Volumen IV

El Volumen IV integra 9 capítulos escritos para responder una pregunta medular: ¿Qué Procesos de Cambio Social y Político requiere detonar el país para implementar Políticas Públicas destinadas a potenciar su reconstrucción bajo nuevas normas constitucionales que eliminen los Abusos de Poder, impulsen el progreso y garanticen la equidad e inclusión social en todo el país?

En su análisis, el autor asume, como premisa fundamental, que existe razonable consenso en los sectores mayoritarios de la sociedad respecto a que sus pasadas actitudes de abulia y anomia solo agravaron la situación nacional del país transformando a la Argentina en un país de desarrollo imposible. Asume también que las expresiones de involución económica-social y  degradación institucional que registra la actualidad ya cristalizaron en la conciencia crítica de las mayorías sociales la imperiosa necesidad de organizarse para sustentar políticamente a los nuevos gobernantes y participar activamente en la modelación, gestión y evaluación permanente de sus Políticas Públicas destinadas a la reconstrucción del país. Más aún, asume que este proceso podría haber comenzado con el nuevo Gobierno elegido en Diciembre del 2015 aunque sus indecisiones iniciales y la situación real del país hacia mediados del 2017 generan creciente incertidumbre respecto a sus reales potencialidades de cambio.

A partir de tales percepciones, el autor considera que para resolver los severos problemas acumulados a lo largo de 200 años de historia los nuevos Gobiernos de Argentina requerirán desplazar la tradicional Elite Política Dirigente y comenzar la implementación de un conjunto mínimo de nuevas Políticas Públicas destinadas a iniciar la reconstrucción del país. El Volumen IV fundamenta y caracteriza cada una de las Políticas Prioritarias que el país requiere implementar para iniciar su reconstrucción.

Centra sus proposiciones de cambio en la necesidad de involucrar a la Población para impulsar desde el Congreso de la Nación la Reforma Constitucional que posibilite insertar en su contenido nuevos mecanismos institucionales para eliminar en el futuro los Abusos de Poder que hasta el presente trabaron el progreso del país. El autor enfatiza que la Constitución del país fue sancionada a mediados del siglo XIX cuando su población apenas alcanzaba 1.800.000 habitantes. En aquellos tiempos, sus normas, plenamente compatible con las ideas dominantes en EEUU, Francia e Inglaterra, expresaban el plexo axiológico conservador y liberal propio de las Elites Dirigentes de un país potencialmente rico, poblado de desiertos. En su elaboración ninguna participación relevante tuvieron los representantes  de los pueblos del interior ni los sectores mayoritarios de la sociedad. Desde aquel entonces el país y el mundo experimentaron profundas mutaciones demográficas, económicas, sociales, institucionales y culturales. La actual Argentina registra 43 millones de habitantes y en muy pocos años llegará a los 50 millones. En todo el tiempo transcurrido desde su sanción en 1853 sus Gobernantes nunca decidieron consultar a su pueblo para reformar el plexo axiológico de su Constitución. La Reforma de 1949 fue eliminada por el Gobierno Militar tras el golpe del 55 y la Reforma de 1994 fue, básicamente, expresión de acuerdos entre nomenclaturas partidarias para sustentar mezquinos intereses. Sus avances en materia institucional fueron menores: los más significativos quedaron incumplidos o permanecen empantanados en los barros de la realidad.

Se requiere la Reforma de la Constitución para crear un Nuevo Estado de Responsabilidad Social destinado a frenar la involución del país y construir la Argentina Verdadera en substitución al Estado Liberal que hacia mediados del siglo XIX cristalizó la Argentina Posible. El país no requiere más de Reformas parciales que nada cambian. Requiere sí la creación de un Nuevo Estado que solemnemente reconozca al Poder Social como Poder Soberano de la Nación y especifique, con precisión, roles y responsabilidades, derechos y obligaciones de Gobiernos y Sociedad Civil tanto para eliminar  los Abusos del Poder que en el pasado trabaron el progreso del país como también para avanzar en su reconstrucción integral asegurando su estabilidad institucional como  Republica Federal y Democrática, su progreso material bajo criterios de equidad social-regional y la vigencia plena de condiciones de inclusión y trabajo productivo para todos los ciudadanos que habiten el suelo argentino. Esquemáticamente, la Reforma de la Constitución posibilitará instituir, en la letra y espíritu de la Carta Magna:

  • una nueva configuración del Poder para eliminar, en el futuro, los abusos que impulsaron en el pasado la involución y degradación de la República;
  • los recaudos jurídicos necesarios para impulsar la sanción e implementación de nuevas Políticas Públicas destinadas a impulsar la reconstrucción integral del país, su crecimiento económico y la equidad entre regiones y sectores sociales asegurando su convivencia democrática y eliminando en el futuro toda manifestación de exclusión, pobreza e indigencia.

La Reforma de la Constitución posibilitará, en primer término, perfeccionar el funcionamiento de los Tres Poderes del Estado mediante la permanente supervisión de un Poder Moderador con capacidad institucional de revocación de mandatos de representación. En segundo lugar, la Reforma permitirá modificar su texto normativo o insertar nuevos contenidos para que los sucesivos gobiernos puedan formular e implementar – sin impedimentos de naturaleza jurídica – sus políticas públicas destinadas a materializar en el tiempo los siguientes objetivos: Modernizar y Racionalizar la acción del Estado; Instituir un nuevo sistema de democracia participativa que al funcionar de forma simultánea con el actual sistema representativo posibilite su permanente control y perfeccionamiento;; Descentralizar el funcionamiento del Estado mediante la formación de macroregiones y microrregiones para fortalecer la administración en los gobiernos provinciales y municipales, respectivamente; Reducir las magnitudes del Gasto Público y bajar significativamente la presión fiscal sobre las empresas; Instituir políticas tributarias específicas para eliminar la evasión y elusión fiscal; Instituir una nueva tributación anual sobre ApRequerir de los sectores ultra minoritarios de la población que concentran niveles extremos de riqueza e ingresos, en carácter de contribución solidaria, aportes monetarios equivalentes al 2% y 5 % de sobre sus rentas anuales para la formación de un Fondo Nacional de Solidaridad a ser administrado básicamente por el Sector Privado – con la cooperación del  Gobierno – destinado a financiar la masiva creación de empleos productivos en mercados sociales a organizarse al  interior de las provincias; Estabilizar la macroeconomía en su dimensión real y monetaria insertando en la Constitución normas específicas para regular su funcionamiento; Regular el funcionamiento sincrónico de tres formas de organización de la Economía (Pública, Privada y Social-Comunitaria); Instituir un nuevo Sistema Monetario y Cambiario con una segunda moneda de valor constante como unidad de cuenta y referencia temporal; Regular la participación del capital, nacional y extranjero, bajo normas especiales de incentivos y seguridad jurídica, para expandir su radicación en todo el territorio nacional; Diversificar las estructuras productivas del país promoviendo la modernización de las Economías Industrial y de Servicios mediante masiva incorporación de la tecno-ciencia para ganar productividad y competitividad internacional; Perfeccionar los sistemas de propiedad y arrendamientos de tierras promoviendo nuevas Políticas de Colonización Rurbana; Modernizar y Racionalizar los sistemas de distribución y abastecimientos alimentarios; Asegurar la redistribución de ingresos entre los perceptores de rentas provenientes del capital y del trabajo; Reformar el Sindicalismo asegurando su democratización y modernización de la legislación socio-laboral; Garantizar la responsabilidad del Estado en la Programación, Control, Evaluación y Cofinanciamiento de los Servicios Públicos esenciales para  beneficio de toda la población (agua, saneamiento básico, salud, previsión social,  vivienda social); sancionar nueva legislación regulatoria en materia de propiedad de los recursos naturales del subsuelo y control del medio ambiente; Instituir un nuevo Sistema Nacional de Leyes de Coparticipación para transformar el Federalismo Fiscal en potente mecanismo para impulsar el progreso económico del país y democratizar las relaciones entre Gobierno Nacional y Gobiernos Provinciales; promover la activa participación  del país en la conformación de nuevos esquemas regionales de integración para impulsar su inserción en la economía mundial.

Para acelerar en toda la sociedad la cristalización de su conciencia crítica sobre la urgente necesidad de proceder a la sanción de una nueva Constitución será preciso que los    Gobiernos Nacional y Provinciales, los Partidos Políticos, los Sindicatos, las Entidades Empresarias, las Organizaciones Profesionales y Vecinales, la Academia, las Universidades y las Entidades de la Cultura decidan movilizarse para discutir y elaborar consensos sobre  nuevas políticas públicas destinadas a regir la vida de una sociedad decidida a eliminar en el futuro los Abusos de Poder cometidos desde las instituciones de la República y toda manifestación de pobreza e indigencia, impulsando el progreso y bienestar para la digna convivencia armónica de 50 – 60 millones de  argentinos. La Obra que ahora se presenta, preserva la íntima esperanza de que sus ideas y reflexiones puedan servir para que Gobiernos y Sociedad puedan cincelar sus aspiraciones y dar formas jurídicas definitivas a tan nobles propósitos.

 

Para aportar respuestas convincentes el Autor concentró sus reflexiones en torno a la dinámica global del sistema capitalista y, particularmente, sobre los procesos de cambio social y político que, con variable intensidad, acontecieron  en diversas regiones del mundo tras el doble propósito de reducir las consecuencias sociales negativas de aquel sistema y potenciar el funcionamiento de sus  mecanismos más virtuosos para asegurar el crecimiento acelerado de la riqueza material y el bienestar de sus poblaciones. Los casos más emblemáticos que guiaron los estudios fueron los procesos de cambio que acontecieron en los países de la Europa Nórdica, Europa Central, EEUU, Canadá, Unión Soviética, China, Brasil, México, Chile y Colombia. Las enseñanzas más fecundas que resultan de aquellas experiencias permitieron sustentar las siguientes conclusiones:

 

05 de marzo 2018

LA CULTURA DEL PODER, VOLUMEN III

Prólogo Volumen III

El Volumen III contiene cinco capítulos y se titula “Claves para una interpretación del subdesarrollo argentino”. Presenta, en su capítulo XII, el análisis integral de los cinco ciclos analizados en el Volumen II identificando tanto los mecanismos que posibilitaron su eslabonamiento como también los significativos cambios que a través del tiempo ocurrieron en la naturaleza y  conductas de los actores sociales que integraron la matriz original de poder. El capítulo XIII profundiza el análisis histórico-político de los ciclos históricos en procura de desentrañar, en lenguaje gráfico y cuantitativo,  las tendencias de largo plazo que impulsaron su mecánica de articulación temporal. Este análisis se concentra en la dinámica de un conjunto crítico de variables económicas y sociales y concluye afirmando que desde mediados del siglo XIX la gobernabilidad del sistema político argentino se sustentó en la continuidad y fortaleza de una clase dominante que supo preservar el núcleo duro de sus intereses materiales y mantener su hegemonía política-ideológica sobre gobiernos y sociedad. Tales condicionantes, si bien impulsaron etapas de reconocido progreso económico y esplendor cultural entre 1860 y el comienzo de la primera guerra mundial no pudieron eliminar las profundas grietas de diferenciación social y regional que, desde los albores de la nacionalidad, marcaron el destino de la sociedad argentina.

El Volumen III destaca que entre la primera guerra mundial y 1955 se sucedieron en el país tres importantes Programas de Gobierno destinados a reducir la hegemonía del Poder Conservador y a resolver los problemas de exclusión social que había impuesto en la vida política, económica y social del país desde mediados del siglo XIX. De hecho, el primer Programa fue conducido por el Partido Radical entre 1916 y 1930 y su principal objetivo fue el de ampliar el espacio político para posibilitar la participación de los sectores medios de la sociedad y sentar las bases para la producción de energía dentro del país. El segundo Programa fue administrado por Gobiernos militares y civiles bajo directa supervisión de  las Fuerzas Armadas durante el período 1930 – 1943. Contó con la participación de una selecta  tecnocracia bajo control político de facciones modernizantes del Régimen Conservador. Su principal objetivo fue el de administrar en el país nuevos instrumentos de Política Económica para modernizar las estructuras económicas, generar empleos  mediante planes de Obras Públicas y atenuar las consecuencias económicas, financieras y sociales derivadas de la crisis mundial del 29. En efecto, sus Políticas y Programas estaban destinados, básicamente, a incorporar en la gestión pública un conjunto de nuevos instrumentos de Política Económica para reducir las consecuencias derivadas de la significativa reducción de las exportaciones argentinas en el mercado mundial de carnes y productos agrícolas bajo directo control monopsónico de Inglaterra. Paralelamente el país adoptó un Plan Nacional de Obras Públicas para generar infraestructura y empleos; instauró el impuesto a los réditos y creó la institucionalidad necesaria para administrar la política monetaria, cambiaria y crediticia.

El tercer Programa de Gobierno destinado a insertar en la vida política y social del país la activa participación de la clase obrera y superar tanto las inflexibilidades del régimen conservador predominante en el país como las consecuencias económicas y sociales de la crisis mundial del 29 estuvo a cargo de dos sujetos históricos de real significación: el Poder Militar durante el período junio 1943 – julio 46 y las dos administraciones del Presidente Perón que gobernó el país entre 1946-1953 y 1953-1955 cuando un tercer golpe militar lo destituyó de sus funciones.  Aunque cada uno de los tres grandes Proyectos Políticos referidos pudo materializar avances parciales en la consecución de sus objetivos ninguno pudo concretar la plenitud de su implementación. r plenamente sus objetivos propuestos. Desde lo político e institucional el peronismo trató de flexibilizar el Orden Conservador y abrir espacios institucionales para la orgánica participación de los trabajadores y sectores medios y pobres de la sociedad. Los propósitos referidos no pudieron alcanzarse plenamente.

Los hechos referidos, cristalizaron, en consecuencia, la vigencia hegemónica de una anacrónica y abusiva Cultura Conservadora de Poder que, al impregnar y deformar los valores y conductas de los sucesivos gobiernos, impidió la adopción de formas republicanas y democráticas de organización institucional y la aplicación efectiva de aquellos mecanismos constitucionales insertos en la Carta Magna para controlar y equilibrar el Poder. De hecho, tras el tercer golpe militar de setiembre del 55, el Poder Conservador retomó plenamente su plena hegemonía y mediante el uso de diversos mecanismos de presión e inducción controló y ajustó las riendas de los sucesivos gobiernos militares y civiles que administraron el país hasta fines del 2015.

Durante todo este largo período de 60 años Argentina experimentó la gradual desintegración en su superestructura política-institucional afectando el progreso económico, la gobernabilidad del sistema social y acelerando la degradación e involución del país. Aquel proceso se desencadenó por una diversidad de circunstancias internas y externas que llevó a buena parte de sus Gobernantes a abandonar sus roles tradicionales de Representación Formal del Poder usurpando las instituciones del Estado para ejercitar el  Poder Institucional en defensa de aspiraciones mesiánicas, de valores pre-democráticos de carácter totalitario o de mezquinos intereses personales, grupales o partidarios. Por  la praxis de tal metamorfosis, se situaron al margen de la norma constitucional, incumplieron compromisos asumidos con la ciudadanía y sometieron al capricho de  sus decisiones arbitrarias los roles institucionales que debían cumplir las instituciones del Estado, la sociedad, las personas y los Factores Internos y Externos de Poder. Se transformaron,  en mayor o menor grado, en Factores Autónomos  de Poder acelerando la degradación institucional del país y sumergiendo a su economía en situaciones de caos e involución.

En el transcurso de 200 años de historia argentina, los conflictos no resueltos entre las mayorías sociales, los Gobiernos y los Factores internos y externos de Poder  acumularon en el país un núcleo duro de problemas estructurales de naturaleza económica, social e institucional que, al permanecer sin resolución, amplificaron sus dimensiones y terminaron limitando fuertemente el desarrollo del país. El capítulo XIV tratará sobre este tema olvidado y permitirá referir algunas de las severas carencias que aún caracterizan al régimen constitucional, a la economía, demografía y al sistema político vigente. En particular, se tendrá oportunidad de reflexionar sobre la extrema concentración de la riqueza y de la demografía en la región central del país; la pérdida sistemática de sus   recursos naturales, las inconsistencias de la política económica, monetaria, tributaria y fiscal; los vicios y deformaciones del sindicalismo y de las políticas sociales; la sensible dependencia económica externa en la gestación y administración del excedente económico y la extrema hipocresía que aún domina en la cultura institucional del país al denominar Federalismo lo que en verdad representa un caso extremo de país unitario, centralista, absolutista y arbitrario.

El capítulo XV expone el vigor de Siete claves para una interpretación integral de la historia argentina, incluyendo los años de guerra civil, de forzada integración territorial y organización nacional, de esplendor y progreso material y cultural, de transición y cambios estructurales hasta su última etapa de franca y dolorosa involución institucional, económica y social. Como conclusión dominante este capítulo enfatiza que desde mediados del siglo XX, Argentina perdió la brújula y descarriló. Inició su desplome integral y gobierno y sociedad, por caminos separados, sin la fuerza y atracción de un proyecto  de país socialmente consensuado, continuaron su aciaga travesía hacia su autodestrucción y la nada atravesando sucesivos períodos de desconcierto, barbarie militar, tinieblas, grosera enajenación del patrimonio nacional,  dependencia y populismo inconducente. ¿Quiénes fueron los responsables directos por tales sucesos? En todo aquel tiempo perdido el país no pudo recrear y estabilizar un apropiado marco institucional republicano y democrático para consolidar un Estado con Responsabilidad Social eficiente y responsable por la ciclópea tarea de organizar las energías sociales para reconstruir el país. ¿Hacia dónde se desplaza la sociedad argentina?

El Capítulo XVI, finalmente, utilizando las siete claves referidas en el capítulo anterior, presenta una interpretación integral de la evolución del país diferenciando la incidencia de los condicionamientos culturales, económicos y sociales que, gestados dentro y fuera del país, abrieron, a partir del siglo XIX, los sinuosos caminos de la historia argentina. Tiempos hubo en que aquel camino se borró y los senderos se perdieron en la nada provocando profunda desorientación ideológica en la dirigencia y desconcierto en la sociedad; hubo tiempos de extrema violencia social con profundos desentendimientos entre civiles y militares que quisieron transformar el país en un inmenso cuartel. Finalmente, hubo tiempos de esperanza democrática en que la sociedad confiaba en retomar definitivamente los senderos y caminos del progreso y la equidad. Lamentablemente, también aquel tiempo pasó acumulando nuevas frustraciones. Tras un largo camino de 205 años, la sociedad se encuentra, nuevamente, al borde de su desconcierto: ¿Es Argentina un país de desarrollo imposible? En cada uno de los tiempos históricos analizados en este capítulo ¿cuáles fueron sus  principales condicionantes y contradicciones? ¿Cuáles serán los sectores sociales con mayores potencialidades de detener su degradación e involución para iniciar la gesta de reconstrucción nacional?