Mayo 2012. La Trampa que estrangula el progreso del país
La Trampa Estructural, como concepto, resume el conjunto de deformaciones y contradicciones que a lo largo de la historia surgieron en el seno de la sociedad argentina trabando el desarrollo de su economía y desencadenando la inexorable involución política, institucional y social del país. Por lo general, sus gobiernos concentraron sus energías, prioritariamente, en asegurar gobernabilidad y permanencia para completar sus respectivos mandatos; en segundo lugar, utilizaron los instrumentos de la gestión pública para impulsar políticas económicas de coyuntura, bajo la dinámica de su propia inercia, funcional, naturalmente, a la tradicional matriz de poder dominante; solo en tercera prioridad, procuraron implementar algunos programas estratégicos pero no pudieron avanzar en la superación de los problemas que históricamente conformaron la Trampa que imposibilita el progreso del país.
Ningún factor real de poder podría, aisladamente, ser señalado como único responsable por la existencia de los problemas estructurales que estrangulan el desarrollo del país. Sin embargo, las circunstancias históricas dominantes en la economía mundial a partir del siglo XVIII y la acción directa del conjunto de agentes sociales que integraron en su origen la Matriz Real de Poder gestaron a lo largo del tiempo, una singular y anacrónica Cultura que influenció y condicionó la conducta y los comportamientos de gobiernos y sociedad asegurando la preservación de sus propios intereses y su permanente hegemonía en la esfera de las relaciones sociales.
La Trampa Estructural fue la necesaria consecuencia de relaciones sociales antagónicas de poder y dominación entre una clase dirigente que históricamente condujo, con manos de hierro, los destinos del país y una sociedad que, a pesar de heroicos gestos de resistencia, terminó siendo vencida y sometida. Tales procesos acontecieron históricamente de forma independiente, tanto de los modelos de políticas públicas adoptados por los diferentes gobiernos, como también del carácter civil o militar de los regímenes políticos que administraron el país en el curso de 150 años de vida constitucional.
El análisis de la Trampa focalizará la atención del lector sobre aquellas fallas de carácter estructural que desde 1850 distorsionaron, por un lado, el desarrollo institucional del país; por el otro, su desarrollo económico y social. En este viaje analítico siguiendo los dos caminos referidos, adoptaremos visiones de largo plazo y, para ver lejos, necesitaremos encender las luces altas de la reflexión. A pesar de la extrema importancia que las trabas estructurales ejercieron sobre los procesos económicos y sociales del país, el instrumental de políticas públicas necesario de adoptar para su eventual remoción no se sitúa en este plano; por el contrario, incide, esencialmente, en el plano político-institucional. Su implementación requerirá, algún día, recrear nuevas formas de gestión gubernamental, eliminar de raíz sus vicios deleznables y afectar los intereses materiales de los factores de poder dominantes. Este simple hecho explica el profundo silencio que históricamente dominó la escena de los gobiernos en relación al tema de las reformas estructurales.
Es común advertir que este tema no aparece en la Agenda de las Políticas Públicas de Argentina y, como consecuencia, sus gobiernos carecen de los conocimientos necesarios respecto a la morfología de los mayores problemas que traban el progreso del país. Para fines analíticos es preciso distinguir dos grandes categorías de problemas estructurales. El primero, permanece enquistado en la organización político-institucional del país; el segundo, en su economía. Brevemente, su análisis requerirá concentrar la reflexión sobre los aspectos siguientes.
La trampa en el plano institucional
Refiere, básicamente, la necesidad de reformar la Constitución sancionada en 1853/60, perfeccionar el sistema político de representación y ajustar los roles del Poder Judicial. La superación y eliminación de la Trampa en el terreno institucional exigirá, necesariamente reformar la Constitución y, gradualmente, instituir en el país, en su gobierno y sociedad, una nueva cultura de poder; resolver las inconsistencias entre las instituciones del estado y los requisitos de un régimen republicano, democrático y federal; ampliar la capacidad operativa de los gobiernos y reestructurar su administración y métodos de gestión.
La trampa en el terreno de la economía
Múltiples problemas caracterizan la trampa que, desde el plano de la economía, impulsa la involución argentina. Entre aquellos más relevantes, se encuentran: la elevada concentración en la distribución de la propiedad de la tierra; la acentuada inequidad que caracteriza la distribución del ingreso nacional entre estratos sociales y regiones; la acelerada urbanización y excesiva concentración de la población en la región central del país; las formas de organización de la economía que en tiempos de economía globalizada condena al desempleo a un tercio de la fuerza de trabajo; la crónica insuficiencia de la infraestructura física productiva necesaria para sustentar altos niveles de crecimiento económico; la estructura tributaria que afecta al trabajo y al consumo de forma más intensa que a las ganancias del capital; las asincronías entre sindicalismo, legislación social y laboral y estadios de industrialización; la depredación de los recursos naturales no renovables y el uso irracional de los recursos de suelos bajo la exclusiva inducción de los mercados internacionales; las inequidades del federalismo fiscal entre nación, provincias y municipios; el anacronismo que siguen representando los modelos de gestión de provincias y municipios sin la conformación de regiones y microrregiones de administración; las formas de organizar y administrar la política monetaria y bancaria que imposibilita al país disponer de mercados de capitales, de crédito a largo plazo y de un sistema monetario que preserve la estabilidad monetaria; el modelo vigente de integración regional.
Los temas referidos en cada una de las dos grandes categorías de problemas estructurales serán esquemáticamente abordados en próximos editoriales de esta página.