Desde Abajo

Noviembre 2009

Llegamos en pocas semanas más al 10 de diciembre cuando el Honorable Congreso de la Nación oficializará el recambio parlamentario conforme a los resultados registrados en la elección de Junio 28. ¿Qué cambios podrán sobrevenir para bien de la república y el bienestar de los ciudadanos? Para anticipar y prepararnos a lo que vendrá, conviene observar los movimientos que podrán realizar los seis actores sociales que dominan la escena nacional:

Actor Nº 1: El oficialismo. Administra el poder con el claro propósito de conquistar el mayor número de diputados y senadores que hasta el presente pertenecen a la periferia de los partidos de oposición, a partidos independientes o a partidos provinciales. El propósito que guía su acción es mantener su posición dominante en el funcionamiento de las Comisiones durante el próximo Congreso Nacional. ¿Podrá lograr este objetivo? Respuesta: el dinero de la caja del estado, las perspectivas de futuro y el mercado tienen la última palabra.

Actor Nº 2: Los partidos de oposición. Por el momento, predomina en sus motivaciones el posicionarse individualmente para las elecciones del 2011 antes que consolidar una oposición compacta e inteligente para enfrentar al oficialismo. En consecuencia, es previsible que mantendrán su oposición al gobierno pero no podrán generar masa suficiente para atraer la adhesión de representantes de partidos políticos independientes, provinciales y, menos aún, para inducir la movilización de los sectores sociales de la clase media.

Actor Nº 3: Los factores de poder situados en la esfera nacional e internacional de los negocios y del financiamiento: seguirán actuando conforme el manual del capitalismo. Apoyarán al gobierno en la medida en que pueda asegurarles rentabilidad en los negocios privados y buenos niveles de rentabilidad en las operaciones de financiamiento. Los recursos del financiamiento internacional permitirán al gobierno reforzar sus programas de obras públicas, subsidios y desarrollo social.

Actor Nº 4: Sindicalismo y sectores piqueteros adheridos al oficialismo: su compromiso con el gobierno se mantendrá sin fisuras y presionarán en consecuencia para que el gobierno mantenga su posición dominante en el próximo Congreso. La calle podrá ser el escenario donde representar sus adhesiones. Su lealtad seguirá siendo total en la medida en que la pérdida de posiciones del gobierno en el próximo Congreso Nacional, será también la pérdida de sus propias posiciones.

Actor Nº 5: Trabajadores, desempleados y jubilados no vinculados al sindicalismo oficialista ni al sector piquetero: sus reclamos podrán continuar pero si no reciben apoyos masivos de otros sectores sociales no podrán ejercer presión alguna para que el próximo Congreso Nacional pueda proponer cambios significativos en las políticas sociales.

Actor Nº 6: Integrado por sectores de las clases medias urbanas. Podrán mantener silencio; podrán recurrir a las cacerolas para generar ruidos durante 5 minutos. Podrán transitar las calles cercanas al Congreso Nacional o a la Casa Rosada. O, por le contrario, podrán no involucrarse y permanecer ajenas al futuro de la nación. Para decidir su acción, seguirán de cerca la conducta de los actuales líderes políticos de los partidos de oposición.

Las funciones del nuevo Congreso Nacional anunciando el futuro del país están en etapa final de preparación. Los actores se preparan, memorizan sus parlamentos, activan sus máscaras, corrigen sus maquillajes y el público podrá asistir al espectáculo directamente desde las calles de las ciudades o podrá informarse sobre su desarrollo prendiendo los aparatos de televisión. También podrá imaginar el final de la trama y decidir su acción.