MARÍA CRISTINA CHIAMA. TRES POEMAS
desde el fondo de un espejo
el mensajero de la bruma
me recorre plácidamente
antes de que
una vez
dentro del espejo
seamos solo atisbo de hielo
sin aire
Sombras
soñé que mi casa no daba conmigo
mientras yo persistía en una estación de trenes
aunque un lejano aroma a albahacas frescas
se hiciera táctil, pudiera palparlo
y me incitara a morder entre dientes
polvo de mi patio
tosca herrumbre de un eslabón pleno de encierro
¿tal vez el resto de una vieja campana
un borde de voces ahora esparcidas?¿por dónde?
(En medio una aldaba apagó las luces)
Sobre una mesa
como si la vida fuera una lámpara animando sombras sobre una mesa
como si la lámpara se apagara para no inquietar a dos flores tardías
como si las flores descuidadas en un vaso agradecieran ese poco de agua
como si el agua fuera bebedero en una plaza
y en la miseria deslumbrante del último sol
como si el sol en vez de amarillo fuera turbio en sus bordes y en su centro
como si la vida no fuera centro de nada
y sin embargo
me encuentro con mi mirada detenida en una lámpara animando destellos
sobre una mesa que huele a madera