Desde Abajo

Junio 2009

Ya pasaron las elecciones del 28 de junio y el país se encuentra sumido en una densa perplejidad y desconcierto. Por lo general, la población desconoce las ideas y proposiciones de Políticas Públicas formuladas por quienes fueron sus ganadores y perdedores. Salvo en contadas excepciones, ningún nexo racional ni emocional articula las actividades de quienes participaron en las elecciones con la sensibilidad del argentino común. Los que perdieron, al igual que los que ganaron, permanecen en la esfera de lo distante y ajeno.

Crece el consenso ciudadano en torno a reconocer que el país requiere, con urgencia,  construir Poder Social para que la población y sus organizaciones civiles puedan transformarse en actores principales durante las elecciones del 2011. Para tales propósitos, necesitamos cubrir dos requerimientos:

Primero: elaborar una interpretación sustentable sobre la involución argentina, tanto en sus dimensiones institucionales y políticas como en sus aspectos económicos y sociales.

Segundo, consensuar criterios para precisar con rigor cuales deberían ser las Políticas Públicas Prioritarias que los nuevos gobiernos tendrán que adoptar a escala nacional y regional para iniciar la recuperación del país.

Desde nuestra página queremos contribuir en la realización de estas tareas y una vez más reiteramos nuestra invitación para que aquellos lectores que se interesen por participar nos hagan llegar sus ideas y proposiciones. En este afán podrá ser de utilidad que visiten la sección de artículos incluida en esta misma página y puedan leerlos y hacernos llegar sus comentarios.

Faltan 30 meses para las próximas elecciones y entendemos que la mayor carencia de nuestro país no es la falta de capitales ni lo es tampoco el contexto global del capitalismo. En nuestra opinión, el mayor problema de los argentinos es nuestra propia desidia para construir Poder Social, para aportar nuestras ideas, para presionar al Poder Político Formal hasta que finalmente pueda entender que su única razón de existir en un país democrático y republicano es servir leal y honestamente a los requerimientos de la sociedad.

En este proceso de construcción, la nueva elite política dirigente que el país requiere, tendrá que surgir desde abajo, desde las calles de las ciudades, bien distante de los aparatos y comités partidarios que la dolorosa involución del país y el tiempo ya lograron necrosar.