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Irène Némirovsky

Había oído hablar poco de Irène Némirovsky, en especial a nuestro colaborador en el programa Contextos, Raúl Borchard, pero nunca había leído nada. En estos días pude encontrarme con su novela (¿nouvelle, cuento largo?) El baile. No sabía por qué, a poco de empezar la lectura, pensé insistentemente en Katherine Mansfield, principalmente en dos de sus textos: Garden party y Frau Brechenmacher asiste a una boda. Después, investigando datos sobre Némirovsky entendí qué (en realidad quién) las unía: Chéjov.

Dos mujeres con dos realidades muy diferentes, Mansfield nacida en Nueva Zelanda en 1903 y muerta de tuberculosis en 1923, a los 34 años; Némirovsky nacida en Kiev en 1923 y asesinada en Auschwitz a  los 39 años, en 1942. Dos vidas marcadas por el dolor, la tragedia, el desarraigo, la transgresión en el caso de la primera; la barbarie histórica en la segunda. En las dos la trascendencia más allá de sus cortas vidas

En El baile, Némirovsky cuenta los preparativos para una fiesta que está organizando un matrimonio judío devenido nuevos ricos, para ser aceptados en sociedad, y ahí la mirada impiadosa que va poniendo a la luz todas las hipocresías es la de Antoinette, la hija de 14 años. En Graden party, de Mansfield, todo es más sutil y poético, acorde con su estilo, donde el trasfondo de esta fiesta en el jardín planeada con todo detalle y en absoluta armonía, con orquesta incluida y a la que yo desearía haber sido invitada, es la muerte por un accidente de un joven de las barriadas pobres. En Frau Bechenmacher… el medio social es otro, pero ahí también está esa mirada que contrapone a la supuesta felicidad las penas, miserias y murmuraciones.

Dos escritoras para recomendar. Me sigo quedando con Katherine Mansfield.