Producción literaria > Poesía

Juguemos en el bosque

Grumos de cristal
se acumulaban
cubriendo el bosque
y las aguas y el cielo
con una extraña escarcha.

Temblé bajo un árbol.
Nuestro árbol.
Toqué una piedra.
Miré a lo lejos
la ciudad ausente y espesa

y el crepúsculo y las sombras
que bajaban sin sonido
hasta tu mirada indestructible
lámpara que no se apaga ni en
el lodo ni en el umbral de los caminos.

Juguemos en el bosque, dijiste
y perdámonos en la nada, en el puro vértigo.
Te creí. Y ahora estoy sola.
Bajo nuestro árbol un extendido silencio
con una calle y un río, lejos.